jueves, 23 de septiembre de 2010

Esta U ya no se entiende

<b>Enzo Gutiérrez recibe el pase de Lucas Ojeda,</b> anticipa a Rodríguez y marca el 1-0 sobre la salida de Esteban Conde.<b>Enzo Gutiérrez recibe el pase de Lucas Ojeda,</b> anticipa a Rodríguez y marca el 1-0 sobre la salida de Esteban Conde.

Rodrigo Garcés H. Notas: C. Campos 
La cúpula de la U se quedó quince minutos en su palco, rumiando el triste resultado y el pésimo juego del equipo. Líderes aún, pero preocupados. "La U no puede volver a jugar de esta manera", decía el timonel Federico Valdés, mientras bajaba las escaleras. En camarines agregaría que "hay cosas que se pudieron manejar de otra manera".
Adentro del vestuario, el DT Gerardo Pelusso mandaba a pedir cigarrillos.
La dirigencia no entiende por qué el equipo "no agarra ritmo". Pelusso les dice -aseguran los regentes- que tampoco lo comprende.
Y entre los jugadores, por cierto, hay distintas versiones. El discurso público es que se juega mal, que los errores hay que corregirlos y que se apoya al técnico. Pero no son pocos -y no sólo los que no juegan, quedan fuera de la titularidad o de las convocatorias- los que no logran captar qué pasa dentro de la cancha. Que no comparten que el DT quiera seguir jugando con el mismo esquema del primer semestre si los ejecutantes son otros. O que no captan cómo pasan de ser "de la partida" a mirar desde las gradas.
La U no encuentra su equipo. Contó con un plazo de 9 días para preparar el partido, y todo parecía ayer más confuso que tras ganarle a Morning. No se entiende.
La U comete errores similares a los que le impidieron llegar a la final de la Libertadores o pasar a segunda ronda de la Sudamericana. Hasta anoche, ganaba igual, sin gustar, jugando mal, pero ganaba. Y acallaba murmullos.
O'Higgins le hizo un partido inteligente y la venció sin apelación. Esta vez no hubo gol azul sobre la hora.
Lo peor de los azules, este año, se vio en el Nacional. Tampoco se comprende. Le quedan cuatro duelos ahí.

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